Muchas veces Dios nos bendice de gran manera, pero nosotros no sabemos valorar lo que él hace en nuestra vida, en lugar de ello nos alejamos del camino correcto, en el mejor momento cuando nos ha bendecido.
Caso común: Alejarse de Dios cuando se tiene dinero
Dios es el dueño del oro, de la plata, de toda la riqueza que existe en este mundo, algunas veces nos bendice de forma económica, a lo mejor con un buen salario, un excelente trabajo, otros casos con negocios propios donde se tienen ganancias muy buenas.
Llegamos al punto que decimos que porque trabajamos duro, porque hemos tenido suerte, por que «somos derechos» estamos obteniendo esos ingresos del momento, pero nunca nos ponemos a pensar que todo eso es un regalo de Dios para nuestras vidas.
Es posible que tengamos muchas ideas de porque tanto dinero, a medida vamos teniendo dinero nos vamos olvidando de leer la biblia, de orar, de asistir a la iglesia, en lugar de abrir la palabra del Señor abrimos una pagina para poder que cosas podemos comprar online.
A medida compramos nos damos cuenta en ese instante somos «felices» pero luego de unos días debemos comprar mas para volver a ser felices, esto se vuelve un ciclo repetitivo.
A lo mejor nuestro fin de semana que podemos usar para poder dedicarlo al Señor, nos vamos de viaje, decimos «mejor iré a este paseo», «hay otra vez asistiré a la iglesia». El subir fotos a facebook, instagram, twitter con la ubicación se vuelve algo mas que tiene que ver con el ego, que por algo mas, sientes que esto te hace tener un status superior a los demas, por ello es posible que te admiren.
De este tipo de historias son miles en todos los países, y saben que, es uno de los errores mas grandes que podemos cometer los cristianos alejarnos del camino del Señor por culpa del dinero, olvidamos leer la biblia, olvidamos orar, asistir a la iglesia por los viajes, reuniones sociales, por andar con las amistades «del mundo».
Si el caso suyo es similar al que se ha descrito anteriormente le invito a que reflexione, que regrese a los pies de Cristo, todo lo material es algo pasajero, pero lo espiritual es para siempre.
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